En esta época del año, los días de mar calmo son muchos en
Península Valdés y permiten a los visitantes que realizan el
avistaje de ballenas disfrutar unas navegaciones grandiosas. El Golfo planchado, implica que no hay ni siquiera una pequeña brisa, por momentos esa quietud es tan inmensa que e llegan a ver
las ballenas y sus rastros a decenas de kilómetros de las playas de
Puerto Pirámides.
Estando embarcado se puede ver muy bien bajo el agua, y
apreciar el volúmen que tienen estos gigantes marinos. Solo madres con cría se pueden ver hasta diciembre, los machos partieron hace un mes, para la zona antártica, para alimentarse y recuperar la energía que perdieron en la
época de apareamiento, la mayoría de ellos en esta zona de la
Patagonia Argentina y en una proporción mucho menor en
el sur de Brasil.
En esta época del año, los días de mar calmo son muchos en Península Valdés y permiten a los visitantes que realizan el avistaje de ballenas disfrutar unas navegaciones grandiosas. El Golfo planchado, implica que no hay ni siquiera una pequeña brisa, por momentos esa quietud es tan inmensa que e llegan a ver las ballenas y sus rastros a decenas de kilómetros de las playas de Puerto Pirámides.
Estando embarcado se puede ver muy bien bajo el agua, y apreciar el volúmen que tienen estos gigantes marinos. Solo madres con cría se pueden ver hasta diciembre, los machos partieron hace un mes, para la zona antártica, para alimentarse y recuperar la energía que perdieron en la época de apareamiento, la mayoría de ellos en esta zona de la Patagonia Argentina y en una proporción mucho menor en el sur de Brasil.
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