Los callos que las ballenas tienen en distintas partes de la cabeza, a simple vista resultan extraños, sobre todo cuando uno ve a esta especie de ballena por primera vez, que ni siquiera sabe dónde está la cabeza y dónde la cola. Esos parches claros y raros forman parte de un animal de formas extrañas. Si tenemos la posibilidad de ver de cerca estos callos podremos comprobar que realmente son inexplicablemente raros.
Estas callosidades de formas duras y claras, tienen una base aspera y en partes toman forma de pequeñas hojas, como se ve en la foto de abajo. Si bien todas las ballenas francas tienen estos engrosamientos de la piel no todos lo tienen en el mismo lugar ni de igual forma. Cada ballena tiene su propia distribución de callos Estos callos aislados, tienen unos 5 cm de altura, se forman en la etapa fetal y se desarrollan con el crecimiento del animal, a lo largo de toda su vida.
A partir de esta característica, Roger Paine, decidió hace 40 años comenzar con la fotoidentificación de ballenas francas en Península Valdés. Se encuentran alojados a lo largo del margen superior del labio inferior, mandíbula, superficie dorsal del rostro y sobre los ojos formando una especie de ceja. En todos los ejemplares de ballenas francas, el de mayor tamaño es el del bonete que se encuentra en el extremo de hocico del animal. Estas callosidades, de color gris oscuro, presentan poblaciones de pequeños crustáceos, llamados Ciámidos, conocidos por su nombre vulgar de Piojos de Ballena, en algunas ocaciones se intercalan con Cirripedios que hacen que las callocidades tomen un color mas amarillento o anaranjado.
Comentarios
Publicar un comentario