


Estuvimos apostados en la playa del canal de ataque en Punta Norte, la marea alta fue al mediodía y esperamos unas 5 horas, a ver si aparecían, pero no, nada de orcas en el canal de ataque; por suerte después de un par de horas de escuchar el sonido de la suave rompiente, apareció un elefante marino, que salió del mar y vino reptando hasta enfrente de nosotros, posó de un lado y del otro y se fué. Una hora después un lobo marino hizo lo mismo. Nos dieron la satisfacción de poder fotografiarlos, calmando la ansiedad del equipo de fotógrafos y documentalistas.
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