Punta Olazabal en una producción fotográfica a lo largo de 16 años

En este artículo, publico una serie de fotos de la Punta Olazabal en Puerto Pirámides, las fui sacando con el paso de los años. Una sumatoria de momentos de los últimos 16 años que registran el efimero paso del tiempo para esta mole . "La Primera fue en diapositiva, mucho antes de saber que la era digital iba a incluir a la fotografía profesional. Después de revelarla la escanié, iluminada solo con una luz que está al final de la segunda bajada al mar. Una fotografía con 45 minutos de exposición logré captar el movimiento de la tierra, sin que la Punta Olazabal pierda detalle o se queme por sobreexposición. Hoy endía se pude confirmar después de fotografiar si salió bien o no. Pero en aquel entonces, los fotógrafos contabamos con muy pocas fotos para sacar. Los rollitos venian de 36 fotos y las de diapositivas, practicamente no se conseguian en la zona. En la logística cada viaje a Buenos Aires implicaba gastar una fortuna en rollitos y otro tanto en revelarla y digitalizar las elegidas.
Habia muy poco margen de error.

Años depués ni bien pude, la volví a hacer pero con la segunda cámara digital que tuve, la Nikon D90 que se aguantó muy bien el trabajo de procesamiento continuo, sin morir en el intento. Donde la Estela de Estrellas es mucho mas larga, un trabajo de 5 horas de fotografias continuas!!!

El resto de las fotos son todas digitales, un reto que es mas sencillo y con muchas mas variables para crear una foto diferente. Incluso esta mole se presenta tan especial que se puede  obtener de acuerdo a la perspectiva que se elija, fotografías que parecieran ser de lugares diferentes y no de la misma Punta, registrando algunas estrellas."

La erosión se encuentra en cada forma que delinea esta punta colosal después de estar expuesta a siglos de lluvias y temporales. La marea alta cuando el sur arrecia, hace que las olas revienten y ayuden a moldear milimetricamente, esta obra de arte de la naturaleza que parece inalterable a través de los años.
La supuerficie arcillosa deja acuñar el paso de los ciclos, siendo paciente testigo de la historia de un pueblo que hoy vive del turismo y recibe visitantes del mundo entero y hace 100 años nomás era un pueblo salinero. Inalterable en su condición de gigante. Va moldeándose al compás de la acción climática que presenta cada hora de cada día, sumando inexorablemente en su reloj de arena la impronta del tiempo en sus elaborados detalles.


Solitario e icónico este macizo  formado por diversos perfiles de la era Terciaria, de varios millones de años sucedidos con diferentes ingresiones y regresiones del mar, sumado a cambios de temperatura y corrientes que generaron diversos estratos,  hoy  tenemos un resultado parcial que delimita la bahía de Puerto Pirámides.

Paciente observador de la vida que se mueve a su alrededor, vió pasar muchas generaciones de ballenas, siglos antes de que los avistajes existieran, de hecho, siglos antes que el hombre casi las lleve a las ballenas a la extinción.

Si esta temporada vas a darte un tiempo para pasar  por Península Valdés, aprovechá para meditar sobre el paso del tiempo. La segunda bajada al mar es un lugar que se presta para este tipo de contemplación. Un coloso con algo de historia te está esperando.