
La
temporada de orcas en
Punta Norte concentra un número importante de turistas y fotógrafos todos los días,
en los horarios de la marea alta. Un recorrido previo de 75 km por camino de ripio desde
Puerto Pirámides y 170 km donde solo 100 son de asfalto de
Puerto Madryn, ayudan a calmar la cabeza de los intrépidos visitantes. No hay colectivo de linea que se adentre a la península, por eso los paseos son en auto particular, alquilado o tours.

Una vez en el lugar las cámaras siempre listas para plasmar la acción, descansan pacientes en manos de sus dueños, o en los tripodes de los que vienen mas preparados. Durante esas horas, si
las orcas no están en el área, los binoculares buscan en el horizonte, la presencia de las aletas o de las efimeras marcas de la respiración en el aire, mientras en las loberías las crías juegan en la rompiente.

Cada quien espera con el equipo que tiene, no es necesaria una lente demasiado grande para fotografiar un ataque en la lobería del mirador, muchos turistas logran buenas imagenes con cámaras de bolsillo, por eso lo mas importante es estar en el lugar. Tener paciencia y frecuentar el area varios días, es un factor importante para la mayoría de los casos.

Si bien siempre está aquel afortunado que llega en el momento justo y ve un ataque sorprendente, ayudar a la suerte con la constancia y perseverancia tiene sus beneficios. No me canso de repetir que la temporada de orcas es la oferta turística mas difícil que
Península Valdés tiene para ofrecer. No es fácil ver
orcas...

Este alejado lugar del mundo inspira con su geografía, tranquilidad y armonía mas allá del comportamiento animal. Nuestra mente se libera de los problemas que todos cargamos y en esos momentos se guardan en la memoria sentimientos particulares, registros únicos e inolvidables, fuera de toda rutina , como si el alma se encontrase con el cuerpo y se disfrutaran mutuamente por un rato.
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