
Las
fotofrafías y filmaciones que se realizan desde el
canal de ataque de
Punta Norte, tienen un destino editorial. La elite de
fotógrafos y documentalistas que acceden a este pequeño sector de la playa reproducirán el material por el mundo entero. Todas las
productoras de vida salvaje conocidas y desconocidas, han pasado varias veces, por estos 50 metros de playa de canto rodado, en los últimos 40 años.

Después de una caminata de 800m por un sendero entre las matas al resguardo de las miradas de los
lobos marinos, se llega al canal de ataque delimitado por 2 restingas laterales que delimitan una franja de canto rodado, con una buena pendiente, convirtiendo a este espacio en el canal perfecto.

La presencia de
las orcas es muy incierta, no siempre aparecen y cuando aparecen no siempre atacan; a veces solo patrullan la zona y terminan cazando en otras loberías de la zona, que no son observadas por los humanos.

La espera es muchas veces de varios días. Aunque sea la temporada pico, la aparición de las
orcas no está garantizada. Las 5 ó 6 horas que los documentalistas pasan esperando bajo el sol, el frío y el calor, se hace larga sin acción. Por momentos toman mate, juntan piedritas o duermen y descansan, mientras los veedores mantienen la vigilancia para advertir al grupo la presencia de actividad de orcas en la lobería .
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